• El poblat des Turassot
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4 Poblado de Es Turassot

Poblado de Es Turassot / Talaies de ca'n Quiam

Este yacimiento está en fase de limpieza, excavación y restauración desde el año 2015 gracias al apoyo del Ayuntamiento de Costitx y el Consell Insular de Mallorca.

Los trabajos realizados confirman que estamos ante uno de los conjuntos de navetas en mejor estado de conservación de Mallorca.

Costitx y Sencelles en época Naviforme (1600-1050 A.C.)

Es en esta época que se documentan las primeras evidencias de poblamiento en esta zona. Los poblados de navetas como los de Morelló Nou, Son Calussa, Son Fransoi o Son Caimari en Sencelles son buenos ejemplos. Su situación entre los torrentes de Sencelles y de Pina ofrecía prados bien irrigados, fundamentales para la agricultura y la ganadería.

Las navetas son viviendas construidas con grandes bloques de piedras y tejado de materiales perecederos. Tienen planta en forma de barca o nave invertida, de ahí su nombre. Pueden encontrarse aisladas como las de Son Caimari o Can Rom en Costitx o bien formando poblados como los de los Tres Pins, Morelló Nou, o Son Calussa.

En cada naveta vivía un grupo parental. El interior ofrecía un gran espacio donde se hacían diferentes trabajos: se molía el cereal sobre molinos de piedra y, en la misma hoguera donde se cocinaba, se podían cocer los recipientes cerámicos, fundir bronce, endurecer punzones de hueso, etc.

Las necrópolis son de tipo colectivo y los rituales funerarios se continuaron celebrando en cuevas naturales como la Cueva del Camp del Bisbe, pero también excavaban cuevas totalmente artificiales como la Cueva de Mariaina o la Cueva de la Vileta.

Las investigaciones en la Cueva del Camp del Bisbe en Sencelles y en la Cueva des Càrritx en Menorca aportan datos sobre las condiciones de vida en esta época. La esperanza de vida rondaba la treintena de años y la dieta se basaba en el consumo de productos de origen animal, cereales (cebada, trigo y escanda), habas y frutos (higos).

El acceso al mismo ritual funerario por parte de hombres, mujeres y niños y la ausencia de evidencias de desigualdades en los poblados hacen pensar en comunidades regidas por los principios de la cooperación y la reciprocidad.